lunes, 31 de enero de 2011

Calidad Total: Segunda Parte

En el post anterior (calidad total primera parte) hablé de algunos de los factores que deben de tener en cuenta las empresas para aumentar la calidad y conseguir mayor rentabilidad. Ya comenté la importancia de dirigirse no sólo hacia el cliente externo sino también al interno (siguiente empleado en la línea de producción) y también comenté la importancia de alcanzar un compromiso por la calidad global, desde el operario hasta el presidente de la compañía. Pero aún quedan múltiples factores que se deben tener en cuenta de los cuales voy a comentar algunos de los más importantes.
  • Es muy importante no enfocar la calidad como algo a transmitir únicamente a nuestro producto final sino que el proceso de transformación también es necesario que sea de calidad si queremos que nuestro producto alcance una calidad óptima. Una alta tecnología en el proceso productivo permite alcanzar mejoras sustanciales en la calidad del mismo.
  • Uno de los factores más importantes por los que las empresas pueden aumentar la calidad es través de la formación de sus trabajadores. Los trabajadores deben conocer las últimas técnicas y los últimos procesos porque de no ser así, la empresa se quedará atrás en la lucha por la competitividad con el resto de empresas del sector. Además, si los trabajadores tienen una buena formación intervendrán de forma activa en el proceso de mejora de los procesos productivos aumentando aún más la calidad.
  • Continuando con el hilo del párrafo anterior, los trabajadores pueden aportar continuas mejoras que si se mantienen a lo largo del tiempo llevarán a grandes cambios, esto se conoce como mejora continua. Una perspectiva totalmente distinta aunque igual de válida sería la reingeniería de procesos productivos que consiste en realizar cambios drásticos en materiales, procesos productos, etc. Es decir, se trata de un rediseño total de todas las áreas de la empresa con el fin de alcanzar grandes e importantes mejoras. El inconveniente de este último método es el mayor coste que supone.


  • Por último, me gustaría destacar la importancia de crear equipos de trabajo independientes con el objetivo de incrementar la calidad, es decir, un conjunto de personas con habilidades diferentes para que se complementen entre ellas y que dispongan de total autonomía lo que va a aumentar en gran medida la motivación de todo el grupo por lo que conseguirán mejoras aún mayores de las que se beneficiará toda la empresa.

Como habéis visto en estas 2 últimas entradas, la calidad permite un incremento importante en la rentabilidad, algo indispensable en épocas como la actual en donde la sola supervivencia en el mercado puede ser considerado ya un éxito para la pequeña y mediana empresa. Sin embargo, alcanzar la óptima calidad supone un reto aunque se puede mejorar si se tienen en cuenta todos estos factores.

Más en: Calidad total. Primera parte, Marketing-mix y Coste de la calidad.

viernes, 28 de enero de 2011

Calidad Total: Primera Parte

A partir de la década de los 70 hay un cambio de concepción a la hora de enfocar la producción de bienes o la prestación de servicios, pasando de una perspectiva basada en el coste, es decir, se intenta reducir lo máximo posible el coste de producción de los distintos productos con el fin de aumentar el margen comercial; a una perspectiva basada en la calidad. Un aumento en la calidad permite que el productos sean vendidos a un precio bastante superior comparado con el precio de venta en el supuesto de que no exista tal calidad. También permite un aumento de la productividad, a la vez que si esta calidad se prolonga en el tiempo, la empresa obtendrá buena fama por lo que atraerá nuevos clientes, la ventas crecerán y la empresa obtendrá mayores beneficios que al fin y al cabo es el objetivo de cualquier organización con ánimo de lucro. 

La dificultad que presenta la medición de la calidad es que no es una variable tangible, es decir, no se puede pesar, oler o ver de forma directa. Por tanto, se intenta medir mediante estándares de calidad, con las denominaciones de origen o con la concesión de premios. Aunque los que realmente miden la calidad de un producto son los consumidores finales que premian al mismo con su compra (y por tanto supervivencia en el mercado) o penalizan haciendo que éste desaparezca.

Por tanto, las empresas al fabricar sus productos intentarán incrementar lo máximo posible la calidad sin que se incremente demasiado el coste de producción. Es verdad que aún existen empresas que se basan en el coste y no la calidad y es una opción tan válida como otra por lo que en el futuro dedicaré algún post a este tipo de empresas. A continuación voy a dar algunos aspectos que las empresas deben tener en cuenta si quieren aumentar la calidad e intentar alcanzar la denominada calidad total.

  • Uno de los aspectos más importantes es la orientación al cliente ya que éste es, como ya he dicho, quien determinará la continuidad o no de los distintos productos. La empresa deberá comenzar identificando quienes son sus clientes ya que no será igual el estándar de calidad para un anciano que para un joven. Pero, a pesar de esto, no se puede pensar en cliente sólo en el ámbito externo (consumidor final) si no que también habrá que tener en cuenta a los empleados que trabajan a lo largo de la cadena de producción ya que éstos son considerados también como clientes del empleado inmediatamente anterior en el proceso de fabricación, estos son los considerados clientes internos.


    • Esta orientación a los clientes (internos y externos) no es efectiva sin el compromiso de la dirección ya que para alcanzar una óptima gestión de la calidad es necesario que todos los estratos de la empresa se centren en el aumento de la calidad y no sólo aquel empleado que se dedica a montar una pieza. Por ejemplo, un producto puede ser de gran calidad porque el departamento de producción es muy eficiente pero el servicio post-venta puede dejar mucho que desear, en este caso, la empresa a pesar de fabricar un buen producto tendrá una mala imagen comercial y puede llegar a fracasar en el mercado si no acomete reformas urgentes.
    No quiero extenderme demasiado por lo que próximamente haré otro post con la continuación de este interesante e importante tema.

    Más en: Calidad total. Segunda parte, Marketing-mix y Coste de la calidad.

    martes, 25 de enero de 2011

    EL SUJETO PASIVO DE LOS IMPUESTOS



    Hay ocasiones en las que los individuos pueden elegir qué personalidad quieren ser a la hora de pagar impuestos, si física que tributa por el IRPF o jurídica constituyendo una sociedad que tributa por el Impuesto de Sociedades.

    En el caso de ser una persona física que tributa por el IRPF, el tipo impositivo será progresivo, es decir a mayor nivel de renta, mayor tributación. La cuota irá desde cero euros hasta un porcentaje del beneficio que en España va hasta el 43% en la actualidad. Sin embargo, si es una sociedad la que tributa, lo hará por el IS cuyo tipo impositivo es fijo y del 30%. Como el IRPF es progresivo y el IS es proporcional, debe de existir un beneficio en el cual tanto una forma como la otra tributen la misma cantidad. Para un beneficio superior será preferible una sociedad pero para un beneficio inferior será mejor la personalidad física. Todo esto se puede observar en el siguiente gráfico.




    Observamos como para un beneficio de 52500 euros da igual tributar como una sociedad que como empresario individual ya que se pagan los mismos impuestos. Por lo tanto, se deduce que: 


    A partir de 52500 euros es preferible una sociedad ya que el tipo impositivo no aumenta mientras que en el IRPF si, por lo que proporcionalmente se paga más, y viceversa.


    Sin embargo, cuando la sociedad obtiene unos beneficios bastante superiores a 52500 euros, todavía se puede obtener un beneficio neto superior al que obtendría normalmente si se reparte la base liquidable entre el individuo y la sociedad. Para ello, una vez constituida, ésta puede contratar como empleado por cuenta ajena al empresario, pagándole una cantidad por ello, lo que hace disminuir el beneficio empresarial el cual tributa al 30% y aumentando el IRPF del individuo que se presupone que es nulo por lo que tributará al 24%, obteniendo así una importante ventaja fiscal y aumentando el beneficio conjunto neto de impuestos.


    Nota: Realizado con los datos del IRPF 2010.


    Más en: Sujeto pasivo de los impuestos 2.